En Ses Talaioles, el año acaba en otoño tras la vendimia. Las vides se desprenden de sus hojas y entran en reposo. Llega ahora el momento de preservar el ecosistema para garantizar un suelo sano: entre las hileras, se alterna abono verde y paja para preparar los campos de cara al invierno. En primavera, un rebaño de ovejas pasta por turnos y aporta abono orgánico.

Los suelos del viñedo se cultivan con delicadeza. Esto significa que no se aran ni remueven una y otra vez, sino que las raíces del abono verde se cortan con un equipo ligero directamente bajo de la superficie compostando las plantas por encima y por debajo. La flora y la fauna del suelo mejoran, lo que da lugar a cultivos más sanos y de mayor rendimiento.

En primavera, las vides se podan a mano aplicando también nuevas técnicas de poda que protegen a la planta de plagas invasoras. Para garantizar la calidad a largo plazo, el equipo del enólogo Federico Zaina inspecciona y trata manualmente cada cepa hasta siete veces al año.

Las uvas se preseleccionan a mano en el viñedo. En la bodega, los frutos vuelven a clasificarse manualmente en la mesa de selección y solo los mejores se procesan posteriormente.

Las uvas se dejan enfriar durante la noche antes de la elaboración para preservar los aromas y evitar la oxidación en el despalillado.Las uvas se transportan básicamente mediante una inercia no agresiva.No se utilizan sulfitos en los vinos tintos hasta después de la fermentación. En su lugar, se utilizan levaduras no Saccharomyces para garantizar la protección biológica de la cosecha. De este modo, se reducen los sulfitos totales del vino y se resaltan mejor los aromas de la fruta.

Cada variedad de uva y cada parcela se procesa, fermenta y envejece por separado para optimizar al máximo el cuvée final.

El vino se envejece con delicadeza. Los vinos tintos se maduran hasta 18 meses en barricas de roble o en ánforas de arcilla, antes de ser embotellados y almacenados durante otros 6 a 12 meses.Barricas de roble: Se utilizan barricas de roble de hasta 3 años, de 300 y 400 litros, de tostado medio, procedentes de tonelerías seleccionadas. Aumentan la complejidad de los vinos sin enmascarar el carácter frutal que les define.Ánforas de arcilla: Los vinos también se maduran en ánforas de arcilla de 700 litros para preservar su carácter mineral y afrutado. Se imprime así elegancia y frescura en el proceso de cuvée.